Con el avance de la digitalización en el sector financiero y la popularización de los pagos digitales en Brasil, nuestro cliente reconoció la necesidad de modernizar su oferta de productos. Hasta abril de 2024, más del 60% de las transacciones de comercio electrónico utilizaban tokenización, y alrededor del 30% de las compras presenciales se realizaban mediante carteras digitales como Apple Pay y Google Pay.
Para mantenerse competitivo frente a las fintechs y atender la creciente demanda por soluciones modernas y seguras, la institución decidió integrar sus tarjetas con las principales carteras digitales del mercado.
Dada la escala del proyecto y la relevancia del cliente — uno de los mayores bancos de Brasil — surgieron desafíos naturales en operaciones de esta magnitud. Entre ellos, destacan la integración con sistemas legados, el cumplimiento de estrictos requisitos regulatorios impuestos por las marcas de pago y la ejecución de pruebas y certificaciones directamente en un entorno de producción, lo que requirió atención redoblada y un alto nivel de control. La estabilización de los entornos, especialmente en lo relativo a la arquitectura de comunicación, exigió soluciones técnicas robustas y una colaboración ágil entre los equipos.